jueves, 28 de noviembre de 2019

Botones/ Chapas/ Prendedores Sida Colombia

La Fundación Apoyémonos ( Fundación colombiana de apoyo en sida, hepatitis e ITS) desarrolló en 1992 una estrategia comunicativa compuesta por diferentes tipos de piezas, entre ellas realizó 10 botones/ chapas/ prendedores relacionados con diferentes temas prioritarios en ese momento, y actualmente, vinculados con la infección por VIH/sida.

El proyecto fue financiado por USAID/ FHI–AIDSCAP. Sin embargo, la búsqueda de aliados en el país multiplicó por 25 la ayuda internacional y la cantidad de sus proyectos realizados dentro del proyecto de USAID.


Tema: Viviendo con sida también hay derechos
Tamaño: 5,5 cm
“Proyecto de Comunicación Alternativa para la prevención del sida en Colombia”
USAID/ FHI–AIDSCAP  / Fundación Apoyémonos
Bogotá, Colombia
Copy: Manuel Antonio Velandia Mora
Codirección del proyecto: Gloria Ortega Pérez y Manuel Antonio Velandia Mora
Fecha de producción: 1992


Tema: Por amor a la vida: Apoyémonos
Tamaño: 5,5 cm
“Proyecto de Comunicación Alternativa para la prevención del sida en Colombia”
USAID/ FHI–AIDSCAP  / Fundación Apoyémonos
Bogotá, Colombia
Copy: Manuel Antonio Velandia Mora
Codirección del proyecto: Gloria Ortega Pérez y Manuel Antonio Velandia Mora
Fecha de producción: 1992

Tema: decSida su apoyo
Tamaño: 5,5 cm
“Proyecto de Comunicación Alternativa para la prevención del sida en Colombia”
USAID/ FHI–AIDSCAP  / Fundación Apoyémonos
Bogotá, Colombia
Copy: Manuel Antonio Velandia Mora
Codirección del proyecto: Gloria Ortega Pérez y Manuel Antonio Velandia Mora
Fecha de producción: 1992

Tema: Yo apoyo, tú apoyas, apoyémonos
Tamaño: 5,5 cm
“Proyecto de Comunicación Alternativa para la prevención del sida en Colombia”
USAID/ FHI–AIDSCAP  / Fundación Apoyémonos
Bogotá, Colombia
Copy: Manuel Antonio Velandia Mora
Codirección del proyecto: Gloria Ortega Pérez y Manuel Antonio Velandia Mora
Fecha de producción: 1992

Tema: Apoyémonos es vida
Tamaño: 5,5 cm
“Proyecto de Comunicación Alternativa para la prevención del sida en Colombia”
USAID/ FHI–AIDSCAP  / Fundación Apoyémonos
Bogotá, Colombia
Copy: Manuel Antonio Velandia Mora
Codirección del proyecto: Gloria Ortega Pérez y Manuel Antonio Velandia Mora
Fecha de producción: 1992

Tema: Amo la vida, uso condón
Tamaño: 5,5 cm
“Proyecto de Comunicación Alternativa para la prevención del sida en Colombia”
USAID/ FHI–AIDSCAP  / Fundación Apoyémonos
Bogotá, Colombia
Copy: Manuel Antonio Velandia Mora
Codirección del proyecto: Gloria Ortega Pérez y Manuel Antonio Velandia Mora
Fecha de producción: 1992


Tema: Apoyémonos por la vida
Tamaño: 5,5 cm
“Proyecto de Comunicación Alternativa para la prevención del sida en Colombia”
USAID/ FHI–AIDSCAP  / Fundación Apoyémonos
Bogotá, Colombia
Copy: Manuel Antonio Velandia Mora
Codirección del proyecto: Gloria Ortega Pérez y Manuel Antonio Velandia Mora
Fecha de producción: 1992
Tema: Es hora de actuar
Tamaño: 5,5 cm
“Proyecto de Comunicación Alternativa para la prevención del sida en Colombia”
USAID/ FHI–AIDSCAP  / Fundación Apoyémonos
Bogotá, Colombia
Copy: Manuel Antonio Velandia Mora
Codirección del proyecto: Gloria Ortega Pérez y Manuel Antonio Velandia Mora
Fecha de producción: 1992
Tema: Apoyémonos.  Chapa institucional
Tamaño: 5,5 cm
“Proyecto de Comunicación Alternativa para la prevención del sida en Colombia”
USAID/ FHI–AIDSCAP  / Fundación Apoyémonos
Bogotá, Colombia
Copy: Manuel Antonio Velandia Mora
Codirección del proyecto: Gloria Ortega Pérez y Manuel Antonio Velandia Mora
Fecha de producción: 1992

Tema: En sida todos tenemos derechos, todos tenemos responsabilidades, apoyémonos
Tamaño: 5,5 cm
Fundación Apoyémonos
Bogotá, Colombia
Copy: Manuel Antonio Velandia Mora
Codirección del proyecto: Gloria Ortega Pérez y Manuel Antonio Velandia Mora
Fecha de producción: 1993


miércoles, 16 de septiembre de 2015

El sótano... Amores difíciles, tiempos de chat

Pilar Tébar
Vicepresidenta Asociación Valenciana de Críticos de Arte

Una vez más, el artista multidisciplinar Manuel Velandia nos sorprende con un nuevo trabajo, en esta ocasión, con una instalación realizada para El Sótano Coworking, -un lugar en el que tengo puestas todas mis expectativas-, titulada Amores difíciles, tiempos de chat, en la que tienen cabida sus investigaciones, reivindicaciones y luchas sobre las masculinidades no hegemónicas y en la que percibimos también parte de sus vivencias y fantasmas de un pasado duro y difícil que le trajo hasta nosotros, pero que le ha dejado marcado para siempre.

Con un enfoque transgresor, como no podía ser de otra manera, viniendo de Manuel, pero también de forma directa a través de las fotografías y esculturas que componen esta instalación, nos pone en alerta de un serio problema que afecta a la sociedad actual, los riesgos de las enfermedades de transmisión sexual y de la necesidad de usar protección, escenificado a través de las imágenes y de las esculturas en vidrio de penes, condones y la representación de un virus VIH, pero todo aderezado con una pizca de romanticismo a través de los títulos de las fotografías – por ejemplo, Únicos pero similares,  Estando contigo me olvido de todo y de mí,  Primero tú, luego yo,  Fifty and fifty, o Esa paz que tú me das y que nos acercan a la pasión que Manuel Velandia traslada a todas sus creaciones.

Esta instalación estuvo permanentemente exhibida en SexLand “Los territorios de la sexualidad”, obra desarrollada en torno a amplio espectro de la vivencia de las masculinidades, que se expuso en la Sala El Sótano Coworking, Alicante, España, desde el 22 de agosto al 17 de septiembre de 2015.

“Amores difíciles, tiempos de chat” presentaba siete fotografías y siete esculturas realizadas por el artista, en vidrio soplado de forma artesanal.

“Amores difíciles, tiempos de chat”, Un “punch” a la visión del sexo gay

Por Natalia Molinos

Historiadora y Crítica de Arte

El culto al sexo en una pirámide sagrada, que realza la sublimación de la existencia en un virus VIH, puesto sobre dos penes confrontados y siete condones todo ello realizado en cristal soplado, conformando con las siete fotografías puestas en contenedores igualmente transparentes una obra... y es que hasta el material utilizado tiene connotaciones, porque estamos hablando de sexo entre dos hombres.

Manuel Velandia es el autor de “Amores difíciles, tiempos de chat”,  una instalación que agrupa varias técnicas artísticas, desde la fotografía a la escultura, pasando por objetos de consumo masivo adquiridos, por supuesto en relación con el sexo, condones y lubricantes que se regalan al público, facilitando así la interacción con la obra. De lo menos lírico, pero muy práctico y necesario para preservar de enfermedades ya que el punto alto de esta pirámide-instalación es el virus del VIH realizado en cristal soplado, un tema que no se debe obviar al hablar de relaciones sexuales.
Siete son en el número de esculturas, siete el número de imágenes que forman la instalación, repitiendo el número arcano de la exposición en la que se incluye esta pieza. Se trata de una cifra mágica, sagrada, ritual, que parece representar la herencia cultural. Siete son los días de la semana, los colores del arco iris, los pecados capitales.
Velandia –primer refugiado político en España por discriminación sexual, sociólogo, filósofo, sexólogo, poeta, artista- ha sido toda la vida un activista. Pero lejos de la provocación agresiva, su obra se presenta de forma amable, casi como un juego, con un gran sentido del humor. El espectador se enfrenta a unas piezas en las que la evidencia de los genitales, de las imágenes sexuales, nos arranca sonrisas pueriles. Esta aparente frivolidad, la gracia, se conjuran en las piezas de Velandia para lanzar de forma eficaz un mensaje claro y contundente, claramente reivindicativo, pero que con este lenguaje amable y simpático logra convertir a su causa al público.
Sus piezas tienen la virtud de “educar” al espectador. En la base de la instalación, siete fotografías se disponen en línea ante nuestros ojos acercándonos al universo del sexo gay. Dispuestas en cajetines transparentes, nos recuerdan los contenedores para postales, los folletos explicativos en las salas de museos… pero también los armarios en que algunos homosexuales pretenden esconderse. Y es que hay mucho de informativo en estas imágenes que nos presentan a un hombre diferente del arquetipo heterosexual masculino habitual, el mayoritario. Este hombre es un varón al que le atrae sexualmente su propio género pero que no tiene un patrón definido, existe una variedad infinita desde el gay en exceso “macho” al casi mujer, ya sea transgénero, feminizado o simplemente que juega al rol femenino en la pareja.
Un universo representado en siete imágenes –como los colores del arco iris- en las que se suceden escenas de sexo. Variadas posiciones y situaciones de parejas representadas por modelos-figurines de dibujo o muñecos, que recogen momentos en las relaciones sexuales, fuertes, tiernas, transgresoras, juguetonas. Los muñecos, los modelos, alejan al espectador, sobre todo al heterosexual de imágenes que hieran su sensibilidad, Velandia traslada las escenas de sexo al imaginario del observador.
La identidad del “gay”, del homosexual, del transexual, se diluye, porque al igual que el heterosexual, no hay realmente un tipo único, sino una gran variedad de identidades, personalizadas en cada individuo y que dan lugar a innumerables posibilidades de interrelacionarse, especialmente desde que existe la red y las nuevas tecnologías que han representado para la comunidad gay, una oportunidad desconocida hasta hace poco para encontrarse de manera anónima o visible con otro individuo y quedar para mantener relaciones sexuales, como los chats especializados. Los homosexuales pueden actualmente, conocerse más fácilmente y establecer contactos sexuales puntuales o comenzar relaciones más estables (de eso nos habla con la escultura díptica de dos penes, confrontados), si eso desean, pero también está presente en todos estos encuentros la posibilidad de las enfermedades de transmisión sexual, como nos recuerda la pieza de cristal del Virus con la que se remata la obra.
Velandia nos recuerda con esta instalación que el sexo, la genitalidad, depende siempre de sus protagonistas, que todo está permitido si los implicados lo desean, que el sexo –y el amor- de los homosexuales, no es tan diferente, secreto, extraño al de los heterosexuales, que el sentido del humor hace las cosas más cercanas, posibles y positivas y que el arte puede ser reivindicativo sin perder mi un ápice de plasticidad y disfrute a los sentidos.

martes, 11 de septiembre de 2012

Un Vuelo de placer

En 2004 calculamos que con los performances desarrollados por la Fundación Apoyémonos (Bogotá, Colombia) habíamos llegado en Bogotá a más de 300 mil personas, uno solo de ellos ('Un vuelo de placer', que explica cómo se pone un condón) fue realizado simultáneamente en 20 centros comerciales de Bogotá, el 1 de diciembre de 2001, por miembros de 20 ONG que fueron entrenadas por la Fundación Apoyémonos, para tal fin con el apoyo económico del Ministerio de Salud.

Con las exposiciones habíamos trabajado con unas 100 mil personas en más de 15 ciudades en Colombia; en otros países, en ciudades como Miami, La Habana, Río de Janeiro, París, Montreal, Amsterdam o Ciudad de Panamá fueron presentados al interior de eventos sobre sida y sexualidad. Las exposiciones solían ser patrocinadas por entidades educativas y galerías de arte.

Texto de la Performance Un vuelo de  placer

Señoras y señores, les damos la bienvenida a este Vuelo de Placer. A continuación, nuestro personal a bordo dará las instrucciones para la utilización del equipo de salvamento.

Instrucciones para el uso del salvavidas:

Independientemente de que usted viaje con un Boeing 727 o con un Boeing 747, el correcto seguimiento de las instrucciones es importante para usted, ya sea que usted disfrute “aquí”, “acá”, “allá”.

En caso de emergencia usted encontrará debajo del asiento su respectivo salvavidas.

Cerciórese de que el salvavidas se encuentra siempre en perfectas condiciones. El empaque no debe presentar ninguna imperfección ni variaciones en su color; verifique la fecha ya sea de expedición o de expiración.

Tome el salvavidas entre sus dedos y observe que contiene una cámara de aire al interior de la envoltura.

Rasgue el empaque con la yema de los dedos y no lo manipule con las uñas, nunca lo haga con los dientes; hágalo siempre por el corte que el empaque posee en la parte superior o inferior.

Es mucho más fácil colocar el salvavidas si el pasajero está de pie.

Tome el salvavidas por el extremo superior y extraiga el aire que ahí se encuentra, llévelo sobre su cabeza y desplácelo hasta cubrir el cuello; ajústelo allí con una leve presión, para lograr una mejor sensación.

Continúe deslizando el salvavidas hasta que su cuerpo quede completamente cubierto, en ese instante el pasajero se considera adecuadamente protegido en caso de inmersión.

A diferencia de lo sugerido por otras “compañías” le invitamos a llevar el salvavidas siempre con usted y a utilizarlo en todos y cada uno de sus viajes de placer.

Nuestro personal a bordo les desea ¡séxitos! en sus próximos vuelos de placer.

El texto de un vuelo de placer fue escrito por  Manuel Antonio Velandia Mora en 1998.

El audio puede escucharse dando clic, al lado izquierdo de este mismo post.

Creación fotográfica Replicación viral

Nombre: Replicación viral
Serie: De Sida y VIHda
Fotografía de: Manuel Antonio Velandia Mora

Disponible en: http://buenafoto.eu/photo/replicaci-n-viral?xg_source=msg_appr_photo

Fotografía de un fragmento de la instalación artística "Una sola vía, una sola vida" de Manuel Antonio Velandia Mora: Virus del VIH elaborado en vidrio soplado, por el artista.



Creación fotográfica Prisión emocional

Nombre: Prisión emocional
Serie: De Sida y VIHda
Fotografía de: Manuel Antonio Velandia Mora 


Disponible en: http://buenafoto.eu/photo/prisi-n-emocional?xg_source=msg_appr_photo

Fotografía de un fragmento de la instalación artística "Una sola vía, una sola vida" de Manuel Antonio Velandia Mora: Virus del VIH elaborado en vidrio soplado, por el artista.

Creación fotográfica Blood and HIV

Nombre: Blood and HIV
Serie: De Sida y VIHda
Fotografía de: Manuel Antonio Velandia Mora 

Disponible en: http://buenafoto.eu/photo/blood-and-hiv?xg_source=msg_appr_photo

Fotografía de un fragmento de la instalación artística "Una sola vía, una sola vida" de Manuel Antonio Velandia Mora: Virus del VIH elaborado en vidrio soplado, por el artista.


jueves, 1 de diciembre de 2011

Performance “Un vuelo de Placer”

Performance “Un vuelo de Placer


La performance utiliza un audio y un actor (un ayudante a bordo de un avión). El audio (inglés, español, francés y alemán) que no trata directa o indirectamente el tema de la sexualidad o el autocuidado recuerda los sonidos típicos de un aeropuerto y posteriormente de un avión, y provee instrucciones sobre el uso adecuado del equipo de salvamento o salvavidas, simultáneamente los espectadores observan por parte de personas ataviadas como ayudantes a borde de un vuelo en una compañía aérea, una demostración sobre el uso adecuado del salvavidas (condón). 
Las personas adquieren una información visual que parece estar en desacuerdo con lo que informa el audio, pero la confluencia de imagen y sonido que parecen discordantes logra que los observadores asuman la información por canales diferentes lo que posibilita, en mejores circunstancias, la recordación de la información.

Aquí puede encontrarse el texto del audio de Un vuelo de placer: http://sidaarte.blogspot.com.es/2012/09/blog-post.html

La obra es trabajada por personas entrenadas para tal fin y quienes laboran como voluntarios en diferentes ONG trabajando en sida.

Tiempo de duración:          20 (veinte) minutos aproximadamente.
Actores.                                 Un hombre o una mujer.
Lugar:                                    Un espacio que posibilite la aglomeración de los espectadores frente al artista. No se recomiendo una sala teatral sino un espacio público. Se ha representado en universidades y centros comerciales.
Materiales:                            Sillas para los asistentes o para algunos de ellos, que deben ser colocadas en cuatro filas simulando el montaje de un avión. Bajo cada asiento se fijarán condones con una cinta adhesiva. Un pene tamaño natural fabricado en látex color piel. Casete y/o CD o equipo MP3/4 con audio del performance.
Vestuario:                             Accesorios que recuerden el uniforme de un ayudante a bordo (azafata) en una compañía aérea, ya sea hombre o mujer.
Equipos:                               Una reproductora con buena capacidad de sonido que pueda reproducir audio en formato CD/ MP3/MP4

Deseo al cubo y otras instalaciones artisticas sobre sida en Colombia

Manuel Antonio Velandia Mora
España Diciembre 2001, Publicado en Revista Semana.com 

En la Fundación Apoyémonos realizamos en 1992, como parte del “Proyecto de Comunicación Alternativa para la prevención del sida en Colombia” financiado por USAID/ FHI–AIDSCAP una estrategia centrada en el tema de los derechos humanos, los derechos sexuales y los derechos de quienes viven con el sida. Como parte de la estrategia comunicativa produjimos una serie de carteles, botones y camisetas, en estas tres estrategias comunicativas se diseñaron productos impresos con el eslogan “Los derechos humanos también son sexuales, los derechos sexuales también son humanos”, en las camisetas este texto aparecía traducido a seis idiomas.

La estrategia culminó con la realización de un evento, patrocinado por la Defensoría del Pueblo, sobre Derechos Humanos en la Biblioteca Luís Ángel Arango del Banco de la República, en ese momento el centro cultural más importante de la ciudad.

En el evento se hicieron presentes personeros municipales provenientes de la mayoría de los municipios colombianos, estudiantes universitarios y de educación media (Bachillerato) y público en general convocado a través de los medios masivos de comunicación.

El evento fue realizado del 10 al 12 de diciembre de 1992 teniendo como eje temático el Día mundial de los derechos humanos, fue la primera oportunidad en la que hablé del tema de los derechos humanos entendidos como derechos sexuales a un gran público, pues hubo en algunos momentos de la actividad más de 1200 personas. En esa oportunidad además realizamos desde Apoyémonos, performances e instalaciones relacionadas con los derechos humanos, los derechos sexuales y el sida. Todos los asistentes podían participar de las charlas temáticas e igualmente tenían tiempo para participar en las instalaciones y observar los performances.
Deseo al cubo
http://gilbertoceron.com/ceron_espejo_002.htm
La primera de las instalaciones performance se denominó “Deseo al cubo”, para su realización construimos un cubo de madera de 3 metros de lado, realizado en madera aglomerada perforada en cuadrícula cada cinco centímetros. En su interior se proyectaban diapositivas de arte erótico, reproducciones de obras de arte de artistas de todo el mundo que podían ser vistas a través de las perforaciones en el cubo. En su exterior, de fondo negro, el pintor Gilberto Cerón ilustraba con tizas de colores, una serie de pinturas eróticas. Al acercarse al cubo para observar lo que sucedía en su interior las personas asistentes se pegaban a sus paredes para lograr mirar con más facilidad lo que allí pasaba, de tal forma que fragmentos de la obra del ilustrador se fijaban en su cuerpo o sobre sus ropas.
Televisión a tres bandas
En la segunda de las instalaciones artísticas, las imágenes de lo que allí sucedía y de las reacciones de las personas al verse impregnadas con las ilustraciones del cubo, eran tomadas por cámaras de video cuyas imágenes se proyectaban simultáneamente en un programa de televisión realizado en vivo, las mismas personas que observaban el cubo eran entrevistadas por un periodista y estas imágenes también se usaban en el programa de TV, instalación a la que llamamos “Televisión a tres bandas”  y cuya producción fue dirigida por la productora y directora de cine Margarita Carrillo a partir de una idea de Velandia trabajada conjuntamente con Carrillo y Ortega. En el programa de televisión animado por la periodista Gloria Ortega, las personas presentes discutían sobre el tema de la sexualidad y los derechos sexuales de los seres humanos.
Estamos vivos, el cielo puede esperar
Una de las performances estaba actuado por actores profesionales quienes vestidos como sacerdotes, monjas, médicos, enfermeras, deportistas y policías jugaban voleibol en una cancha improvisada en medio de la sala de conferencias y utilizando como balón un condón inflado.  Lo extraño del performance era que ese público no era el que frecuentemente se hacía presente en actividades sobre derechos humanos, por lo que su presencia se destacaba entre los demás asistentes, pero además para los presentes era raro observar la presencia de personas vestidas con trajes para hacer deportes en lo que era un “templo” de la cultura y verlos a todos en su conjunto jugando con un condón.

El rostro típico de alguien que vive con sida
Otra de las instalaciones era una exposición de carteles sobre sida y derechos provenientes de diferentes países y expuestos en una de las salas de exposiciones de la biblioteca, que había sido adicionada con un espejo de gran formato que simulaba una ventana y en el que, cuando las personas se acercaban, podían leer pequeños letreros a la altura de sus ojos con el texto “este es el rostro típico de alguien que vive con sida”.  En este exposición se podía observar las imágenes de lo que había sucedido recientemente en el programa de TV,  en cuyas imágenes se reconocían a los asistentes al evento, quienes a su vez acababan de pasar por la sala en que se producían las imágenes en mención, realizadas en el programa de TV, en que previamente habían participado como público, panelistas o imágenes de apoyo. Sobresalían en el montaje de esta exposición siete carteles de los que hablaré a continuación.

Fueron siete carteles[1] los producidos en total, todos con autoría en sus copies de Manuel Velandia, entre los que se incluía uno orientado a población homosexual, cuya fotografía fue de mi autoría, en él se leía “Tu y el condón mi mejor pareja”, siendo la ilustración dos hombres desnudos, uno ubicado tras la espalda del otro y ambos orientados hacia el mismo lado, en la cual, quien se halla detrás, toca con una de sus manos la pierna del hombre que se encuentra adelante.

uno de ellos se ilustraba con la imagen de una travesti, y su copy dice “Soy hombre, uso condón”; otro de los carteles tenía la imagen de un hombre viviendo con sida (Gabriel Calvo Massie) visto desde lo alto de un edificio, quien mira directamente a la cámara (el espectador), en el copy dice “Quienes vivimos con sida también tenemos derechos humanos”; se editó además un cartel dirigido a cristianos en el cual se observaba de lejos, una cruz construida con las letras del texto que decía “Amaos los unos a los otros, apoyaos los unos a los otros, cuidaos los unos a los otros”; en el cartel orientado a mujeres se leía “Ellos creen que deciden, pero nosotras nos protegemos”, la imagen fue la de una mujer, en ropa interior, quien tiene un condón en su mano; por último se hizo un cartel (Velandia Mora M. A., 1992) y una camiseta con el texto “Los derechos humanos también son sexuales, los derechos sexuales también son humanos”, además de seis con los mismos textos. La estrategia de carteles fue trabajada por un equipo interdisciplinario conformado por Rafael Baena (fotógrafo), Jorge Rodríguez (diseñador gráfico) y Manuel Velandia (fotógrafo y creador de los copies). 
La estrategia total mereció el reconocimiento de USAID/ FHI–AIDSCAP en el libro “Making Prevention Work: Global Lessons Learned from the AIDS”[2] como una de las de mayor éxito en el mundo, en el año 92. 

Cuatro de los carteles, cuyos temas fueron la bioseguridad, lo derechos de quienes viven con el sida, mujeres y población homosexual, fueron reproducidos por el Ministerio de Salud en Colombia. El cartel para travestís fue reproducido en Washington y en República Dominicana, con apoyo de USAID/ FHI–AIDSCAP; los carteles sobre homosexuales y “Derechos humanos entendidos como derechos sexuales” fueron reproducidos en Ecuador por una ONG coordinada por el colombiano Orlando Montoya.

Taller de formación para periodistas nacionales e internacionales, actores, directores y guionistas de Televisión.


La primera vez que hablé públicamente en Colombia del tema “Derechos humanos entendidos como derechos sexuales” a periodistas fue a un auditorio conformado por  40 de ellos, todos destacados en Colombia como prensa extranjera y a un grupo de periodistas de los medios nacionales, lo hice como parte de la capacitación sobre “Comunicación positiva, sida, derechos humanos y derechos sexuales” que hizo parte del proyecto para Colombia financiado por USAID/ FHI–AIDSCAP. Sobre el mismo tema del taller de los periodistas, se realizó uno dirigido a guionistas de televisión, actores y actrices nacionales. Algunos de ellos y ellas participaron posteriormente en actividades relacionadas con estrategias informativas como también para recolectar fondos para las acciones de Apoyémonos.

Magazín Apoyémonos
Algunos de estos periodistas posteriormente fueron los autores de los artículos aparecidos en el “Magazín Apoyémonos”, en el que apareció también mi primera publicación en medios masivos sobre el tema, titulada “Los derechos humanos también son sexuales, los derechos sexuales también son humanos”. Publicación de la que se editaron 200.000 ejemplares, que circularon el primero de diciembre de 1992 con el diario El Espectador y que además cada uno llevaba adherido un estuche con un condón.
Este proyecto fue exitoso, además,  porque al terminarse la agencia norteamericana USAID/ FHI–AIDSCAP tan solo proveyó el 12% del presupuesto total y el resto del capital fue aportado por organizaciones colombianas como el periódico El Espectador (que imprimió a precios de costo 200,000 revistas “Apoyémonos” y las puso como inserto en su periódico a nivel nacional, llevando cada una un condón adherido a su contra-carátula), la productora de papel Kimberly de Colombia (que donó todo el papel necesario para los carteles), Planeta Editorial (que contribuyó con parte de la publicación de carteles), Condones Today (que nos donó 240.000 condones).

[1] Algunos de los carteles producidos en la estrategia se encuentran en los archivos de la National Library of Medicine, de los Estados Unidos de América y pueden visualizarse en: http://ihm.nlm.nih.gov/luna/servlet/detail/NLMNLM~1~1~101451622~197412:Quienes-vivimos-con-el-sida-tambien#
[2] Family Health International, FHI. Making Prevention Work: Global Lessons Learned from the AIDS. Haciendo funcionar la prevención: Lecciones aprendidas a nivel global del Proyecto de Control y Prevención del SIDA-AIDSCAP, 1991-1997. Washington. 1998.   http://www.fhi.org/NR/rdonlyres/ejbz7fth46q754e2co7dyljrchdmenmvkd4drley6k6t57jkookskpkyjavkcxaw24vpcbufq3uiue/globalenhv.pdf

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Se están cayendo los ángeles del cielo

Instalación: Se están cayendo los ángeles del cielo


La historia
Yo iba caminando por la calle el día que lo vi por primera vez.  Cuando pasé el me hecho un piropo, me dijo: “Se están cayendo los ángeles del cielo”. Seguí caminando pero estaba un poco nerviosa. Yo sentía que él me miraba, sentía miedo de tropezarme, de hacer el oso, miré de reojo pero no vi a nadie; me llevé la mano a la cabeza como haciendo señas de que algo se me había olvidado; me devolví y me hice la interesante y seguí caminando como si nada.
Esa misma noche me mandó saludar con un amigo, y al otro día una  chocolatina, con mi hermanito. Durante una semana me siguió mandando razones, después nos encontramos en la tienda, cerca de mi casa, me dirigió la palabra y me invitó a tomar una gaseosa. Yo acepté de una, yo estaba muy emocionada… eso si no se puede negar que él estaba como me lo había recetado el doctor.
A los dos meses me dijo que quería que hiciéramos el amor, me dijo: “yo quiero que esto sea inolvidable, que sea muy especial para los dos, yo te ayudo si pasa algo”. Yo le respondí que tenía miedo pero él me siguió insistiendo. Yo me negué, no porque no tuviera ganas sino porque no quería que pensara mal de mí; en ese momento medio me tocaba y a mí se me movía el piso, en la cabeza tenía más las hormonas que neuronas, es que cuando a uno le gusta un muchacho piensa más con lo de abajo que con lo de arriba.
Con él no fue lo mismo que con Javier; no era inexperto, eso se le notaba; no se portó nada tímido, no quiso explorar sino que fue muy alborotado. Iba a lo que iba. A mi eso me gustó porque todo fue como… como muy… no digo violento, sino muy loco.
Al principio era muy detallista pero tres meses después, después de que logró lo que quería me empezó a sacar el cuerpo.  Cuando salíamos con los amigos ya no era tan detallista como antes; si íbamos varios se hacía al otro extremo, inclusive me llamaba menos.
Yo estaba muy enamorada y me hacía falta que no se insinuara como antes; él aprovechaba cualquier momento para cogerme pero ya ni siquiera me traía chocolatinas.
Yo pensé que era porque yo no quería acostarme más, y decidí decirle que sí cuando me lo volviera a pedir, pensé que si accedía una vez más todo iba a cambiar así que acepté hacerlo. Como estaba tragada él me manejaba con un dedo; cómo sería que hasta cambié la manera de vestirme y dejé a algunas amigas.
Me puse toda nerviosa cuando me di cuenta que ya no me estaba viniendo la regla. Se lo conté a mi mejor amiga y consideró que se debía contar a mi mamá. A ella no le dije nada pues lo que más me preocupaba era la reacción que él pudiera tener. Cuando se lo comenté me cogió y me sacudió, me gritó que no era su culpa y hasta me dijo que si estaba completamente segura que era de él. Me hizo sentir como una… como una perra. Después me dijo que tenía que abortar y que si no lo hacía le iba a contar a mi mamá y a todo el mundo. Consiguió la plata y me obligó a ir a esa casa que parecía más una venta de pollos que una clínica. No quiso entrar a acompañarme, se quedó afuera. Cuando salí ni siquiera fue amable conmigo. Al otro día lo llamé y se negó, después cuando lograba pescarlo en el teléfono me decía que tenía que hacer tareas. Ya casi ni nos veíamos.
Yo entre en depresión, tal vez porque me sentía utilizada pero además porque todo me dolía y preocupaba porque la señora que me atendió me sugirió que debía hacerme la prueba del sida.
Realmente uno piensa que el VIH solo les pasa a los otros. A mí nunca se me ocurrió que me podía pegar una enfermedad de transmisión sexual. No sé de donde saqué fuerzas pero fui a hacerme la prueba. La persona que me atendió me hizo algunas preguntas y habló conmigo sobre sí le contaría a mi pareja o alguien de la familia. Además, no quería hacerme la prueba dizque porque era muy menor; yo le dije mentiras, le inventé que tenía marido y vivía con él, que incluso había tenido un aborto y que tenía miedo porque él era muy perro y ella entonces me dejó hacérmela. Solo en ese momento en que me sacaron la sangre pensé que realmente podía tener el virus…
No le he dicho nada a mi mamá aun cuando ella insiste en que a mi me pasa algo. Ella dice que me ha cambiado el cuerpo, que tengo las caderas más anchas y que camino patiabierta, pero yo sé que eso es por lo del embarazo, así que prefiero que crea eso a que sepa del sida. Ella me dice que sabe que tuve algo con ese muchacho porque yo he cambiado mucho.
Ahora no quiero ir al colegio y me la paso encerrada en el cuarto, llorando. Me dijeron en el centro de salud que debo hacerme otro examen para confirmar la infección pero yo sé que la tengo así que no creo necesario hacérmela. A  él no le voy a decir nada… allá él… yo no lo odio, yo fui la que me lo busqué. Me vida es una locura, no sé que va a pasar pero Dios verá que hace conmigo porque yo ni plata tengo para pensar en pagar la salud, mucho menos para comprar medicamentos cuando me enfermé”.

Investigación:            Cuando los hombres cogen la mandarina y botan la cáscara.
Tipo de Investigación: Cualitativa, Grupos de discusión. Re-construcción textual.
Investigador:            Manuel Antonio Velandia Mora
Población:                Mujeres entre 13 y 16 años. Estudiantes de educación media, zona sur de Bogotá.
Fecha:                    Mayo de 2004

El era así

Instalación: El era así


La Historia
"Desde chiquito se le notaba que era raro, mi marido siempre dijo que era porque yo lo consentía mucho, pero no, yo solo le di el cariño que una madre da a su hijo.
Cuando se descaró (vino con descaro) y nos trajo ese hombre a la casa ya no había nada que dudar, él era así.
Tuvimos una discusión y se fue de la casa… a mí me dolió pero no podía aceptar que él fuera así, es que todo el mundo se daba cuenta que él no era como los demás muchachos. A mi me daba pena que fuera tan delicado, tan amaneradoa, es que si al menos no se le hubiera notado todo habría sido distinto.
Yo oraba por él todos los días, para que el Señor lo curara, para que tomara el buen camino pero Dios no me oyó.
Después lo vi en la calle,  estaba muy flaquito… yo me imaginé lo peor y así fue, tenía sida.
Yo sabía por una amiga donde quedaba la peluquería donde él trabajaba y nunca había ido, pero tomé fuerzas y aún en contra de mi esposo fui a verlo; me dijeron que estaba hospitalizado y yo pensé que podía ir al otro día sin decirle a mi esposo que lo pensaba visitar, pero ya fue muy tarde, Dios se lo llevó. Su muerte fue nuestro castigo por el orgullo, por dejarlo ir, por no llevarlo al psicólogo para que lo curara…
Ahora sólo me quedan las cenizas… me tocó quitárselas a ese señor con el que él vivía".

Entrevistada:           Mujer, 46 años. Madre de hombre de 22 años fallecido a causa del sida.
Fecha:                    Junio de 2000.
Investigación:        Cómo se vive el sida. Realizada con familiares de personas viviendo con VIH/sida.

El sagrado corazón nos protege

Instalación: El sagrado corazón nos protege

Una caja de madera que representa un gran libro, está decorada con una estética aparentemente kitsch que utiliza elementos plásticos fabricados en serie, flores de color rozado fuerte y palomitas de color marfil, que materializan la devoción hacia un ser superior al que se encomienda la salud. En su interior se halla una imagen impresa del Sagrado Corazón de Jesús que ha sido trabajada en escarcha (glitter) y cuyo corazón es un condón.


La Historia

"Con lo que gano en una acostada me compro hueso poroso para hacerle sopa a los cinco muchachitos y pa´mí, así que usted con qué cree que me voy a comprar un condón, si es que los tipos a una vieja como yo no le dan más de tres mil pesos por el rato.

Algunas veces tengo dos o tres clientes y me compro arroz pa´ los pelaos y si me queda algo guardo pa´l arriendo y los servicios… es que la vida es muy cara.

Yo no puedo usar los condones, a mi me gustaría eso sí. Pero qué va, con esta pobreza tan hijuemadre si el cliente le dice a uno que sin condón, pues a una le toca y ya.

Yo le pido a mi Sagrado Corazón que me proteja. Él más que nadie sabe que yo no lo hago porque me guste sino porque me toca. Yo sé que él me cuida y me protege de todo mal, si no fuera así, yo ya estaría llevada”.

Entrevistada:            Mujer 47 años, Trabajadora Sexual
Fecha:                       Noviembre de 2000.
Investigación:           Caracterización de mujeres trabajadoras sexuales en Bogotá.

Ese huevo quiere sal

Instalación: Ese huevo quiere sal

En vidrio se ha fabricado un huevo que se ha colocado sobre un pedestal de caucho. Al interior del vidrio hay agua y lubricantes de distintas marcas, colores y sabores. Al lado del huevo hay un salero que contiene sal.


La Historia

"Yo estoy seguro de saber con quien me infecté. Cuando lo vi por primera vez yo iba con mi vieja y mi mujer. El se me quedó mirando y yo me hice el loco. Unos días después me lo volví a encontrar y nuevamente nos cruzamos miradas. Yo pensé: ese huevo quiere sal. Y espere a que él me llegara. Caminamos un rato, nos tomamos un fresco y después me invitó a su casa. Yo no quería porque no me gusta que se den cuenta que uno tiene sus andanzas pero le tenía ganas… Ese man tenía cipote  mondá y me la quería meter pero yo al principio no quería. Yo casi nunca quiero pero cuando estoy con un man termino en esas… Yo creo que yo me infecté con él porque yo nunca sangraba y esa vez sangré mucho. En ese tiempo no se usaban lubricantes como ahora entonces la vaina era más tenaz, uno usaba vaselina y si no había pues tocaba con salivita.

Yo me enteré que tenía el VIH como siete años después de que estuvimos juntos, cuando doné sangre y me avisaron. Al poco tiempo me hospitalizaron por primera vez y lo vi en el hospital, haciendo cola en la consulta. Él se veía más enfermo que yo, estaba bien flaco. En el programa hablamos algunas veces pero nunca tocamos el tema, después supe por algunos del programa que se había muerto.

Para mí la cosa fue muy difícil. Yo creo que siempre he sido algo marica pero la mía es una familia rancia y lo que pasa es que la gente en Barranquilla es muy cerrada y allá se vive del qué dirán porque todo el mundo se conoce. En el barrio, en la cuadra, con los vecinos todo el mundo se conoce y para evitar habladurías me tuve que casar. Mi mujer me dejó cuando se confirmó que tenía sida. A ella y a los dos pelaos les hicieron varias veces la prueba pero no tienen nada".

Entrevistado:            Hombre que tiene sexo con otros hombres. 32 años
Fecha:                      Junio de 2000.
Investigación:           Cómo se vive el sida. Realizada con Personas viendo con VIH/sida.